domingo, 2 de octubre de 2011

Algunos ejemplos de calaveras literarias

A la maestra Adriana
Estaba la maestra  Adriana borrando con alegría el pizarrón,

cuando de pronto, llega la flaca y se la lleva al panteón,

todos los de primero no paraban de llorar

pues extrañarían a su maestra, que a leer les iba a enseñar.

Bienvenidos
En estos días tan santos
recordamos con aciertos
que temer a los espantos
es convivir con los muertos.


La muerte ya va llegando
con mucha calma a la ofrenda
las criptas va colocando
como quien abre su tienda.

Su puesto está colocado
las cajas son de cartón
el primer muerto formado
que escoja el mejor rincón.
A mi hija Arantza

Una niña juguetona
era mi hija Arantza,
que no fuera tan glotona
yo tenía la esperanza.

La muerte la sorprendió
jugando en la resbaladilla,
y llorando se marchó
con un golpe en la rodilla.

Ay calaca recanija
que tan mal me has tratado,
te llevaste a mi hija
y me dejaste atolondrado.

En la escuela ella presente
no faltaba ningún día,
aunque a veces algún diente
o la panza le dolía.

Arantzita que latosa
ya te fuiste a descansar,
ahora mismo hasta la fosa
tu domingo he de llevar.




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